Laudate Deum: Declaración sobre la crisis climática ante la COP 28
La crisis climática se manifiesta a través de: sequías prolongadas; incendios forestales severos; olas de calor y de frío más frecuentes e intensas; precipitaciones extremas que provocan erosión e inundaciones; fenómenos meteorológicos extremos que afectan a la producción de alimentos en la agricultura, o a la mayor presencia de plagas en las cosechas; el deshielo. A nivel global, la subida del nivel del mar y el blanqueamiento de los corales afectan a los países insulares de Asia y del Pacífico, entre otros. Sus efectos más graves se dejan sentir particularmente en el Sur Global debido a la falta de recursos de financiamiento para la adaptación, la mitigación, y la compensación por las pérdidas y daños.
La ciencia ha hablado claro: para cumplir con la responsabilidad de cuidar nuestra casa común, debemos eliminar progresivamente la producción de combustibles fósiles y acelerar una transición energética justa hacia las energías renovables. Se hace necesaria la adopción de estilos de vida más sencillos, adaptándonos a los límites de un planeta finito, para garantizar el bienestar de todas las criaturas.
Ante ello, respaldamos las siguientes recomendaciones para quienes toman las decisiones en la COP 28, que se sustentan en las dimensiones científicas, técnicas y morales recogidas en la exhortación apostólica Laudate Deum y que pueden ofrecer un enfoque integral para la mitigación del cambio climático, la adaptación y la compensación por pérdidas y daños:
Comprometerse con acuerdos concretos y vinculantes.
Se necesitan acuerdos concretos y vinculantes que responsabilicen a las naciones de sus acciones y que restauren la verdadera oportunidad hacia el desarrollo integral humano y no sirvan de excusa para la continua explotación de los ecosistemas.
Acelerar la transición socialmente justa hacia energías limpias.
El cambio climático nos urge a abandonar los combustibles fósiles de manera razonable y prudente. La transición hacia energías limpias debe ser justa y evitar repetir los errores históricos del colonialismo y la explotación que crean desigualdades. Es preciso escuchar las tradiciones que han coexistido pacíficamente con la Madre Tierra, durante siglos.
Unido a lo anterior, desarrollar e implementar un Tratado de No Proliferación de Combustibles Fósiles.
El Acuerdo de París debe complementarse con un tratado vinculante para «poner fin a la era de los combustibles fósiles» y coordinar los esfuerzos de transición energética justa con enfoque en derechos humanos, la protección de la biodiversidad y procesos democráticos territoriales. Una apuesta decidida por la movilidad sostenible, con una postura propiciadora de medios de transporte colectivo y medios de transporte saludables, donde el fomento de la movilidad activa y más humana (en bicicleta, a pie) sea una prioridad en los desplazamientos cotidianos.
Adoptar un enfoque interconectado, humano y social.
El cambio climático no es sólo un problema medioambiental, meramente tecnológico, sino una crisis humana y social. Junto a la necesidad de vivir más sencillamente en armonía con los ciclos de vida de la Tierra, no se puede olvidar el respeto a la dignidad de los pueblos. Igualmente, un cambio en la matriz energética es insuficiente si no forma parte de un proceso de transformación integral que incluya cambios en la organización, la propiedad y la distribución de los sistemas de producción y consumo de los recursos naturales, especialmente del agua.
No más dilaciones y retrasos.
Frente a la urgencia climática se necesita determinación. Se debe ir más allá del encubrimiento de la preocupación y reunir el valor necesario para introducir cambios sustanciales. El retraso supone pérdida de biodiversidad y conflicto social por falta de acción ante un problema global y generacional.
Garantizar la transparencia, la financiación climática y la rendición de cuentas.
Se deben establecer mecanismos para supervisar los avances, los fondos para pérdidas y daños, la financiación para la adaptación y la mitigación, y hacer que las naciones rindan cuentas de sus compromisos.
Movimiento Laudato Si', España - Enlázate por la Justicia - ECODES - Comisión Diocesana de Ecología Integral del Arzobispado de Madrid - Fundación Pablo VI
Organizaciones que adhieren:
Carmelite NGO.
Karit, Solidarios por la Paz.
ARCORES.
Comisión General de Justicia y Paz de España.
Comisión de Ecología Integral de la Arquidiócesis de Madrid.
Red de Entidades para el Desarrollo Solidario-REDES.
Comisión Diocesana de Ecología Integral (diócesis de Vitoria).
Comissio Justícia I Pau Mallorca.
Movimiento por el clima, Diócesis de Segovia.
Asociación SERCADE.
Delegació d'Evangelització i Apostolat Seglar del Bisbat de Sant Feliu de Llobregat.
Delegación Episcopal de Ecología Integral. Arzobispado de Zaragoza.
Conferencia Española de Religiosos - CONFER.
Delegación Episcopal para el Cuidado de la Creación. Arquidiócesis de Toledo.
Movimiento de los Focolares.
Plataforma Ecosocial Laudato Si', Málaga.
Cristianisme i Justicia.
Grup Sant Jordi pels Dret Humans.
Mans Unides, Delegación de Barcelona.
Proyecto de investigación: Educación climática en la Universidad y desde la Universidad. Proyecto de la Universitat Internacional de Catalunya (UIC) financiado por AGAUR (CANVI CLIMÀTIC 2023).
Universitat Internacional de Catalunya, Rectorado.
Secretariado Diocesano para el Cuidado de la Creación - Diócesis de Córdoba.
Fundación PROLIBERTAS.
Movimiento Teresiano Apostólico (España).
Fundació Joan Maragall. Cristianisme i Cultura.
Xarxa Laudato si'.
Justícia i Pau Barcelona.
Bosco Global.
Hermandad Obrera de Acción Católica de Málaga. HOAC-Málaga.
Aliança per l'Emergència Climàtica de València.
Provincia Maristas Mediterránea.
Comisión Interfranciscana de JPIC.
- Manos Unidas.